© Cortesía de Diamond Films.
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Maya – su personaje – está harta de la titulitis que impera en su ámbito laboral. Quince años de experiencia avalan su trabajo, pero a la hora de promocionar en su empresa, prefieren a alguien de fuera, al hombre adecuado que hace terapias de grupo un tanto absurdas con los empleados.
Maya acaba de cumplir 43 y de caer en la cuenta de que sus sueños no se han cumplido. Elige deprimirse, pero su mejor amiga decide adornarle el curriculum – con magna cum laude en Wharton, servicio en los Cuerpos de Paz y nivel pro de chino incluidos – y enviarlo a otras empresas de su sector. Por supuesto, recibe una oferta. Este es el detonante de la nueva película que protagoniza Jennifer Lopez, una chica del Bronx que se enorgullece de haber llegado lejos gracias a su esfuerzo y tesón.
Maya se disfraza – por decirlo finamente, porque en realidad se dedica a mentir a discreción – para convertirse en una persona diferente. Ahora solo tenemos que esperar a que este castillo de naipes se derrumbe. Y lejos de sentirnos sorprendidos por esta singular crítica sobre la meritocracia académica, al final resulta muy fácil empatizar con ella. Todos tenemos sueños no cumplidos y todos tomamos decisiones de las que nos arrepentimos. La moraleja que Justin Zackham(guionista) y Elaine Goldsmith-Tomas (productora) intentan que compremos es la siguiente: ¿Es demasiado tarde para reinventarse?¿Hasta cuando suceden las segundas oportunidades?
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