El código penal como vacuna contra el ser humano

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Mucho se habla de vacunas en los tiempos que corren, el coronavirus ha dotado a esta palabra de un significado especial.

O la vacuna o el caos. La esperamos como agua de mayo, para seguir existiendo como sociedad, para mantener nuestras costumbres sociales, para salvar la sanidad, para doblegar la curva, la vacuna será nuestra única salvación, o al menos, así lo creen muchos.

Pero para mi punto de vista, como director de JR Abogados, una de las mejores vacunas que toda sociedad debe tener es un Código Penal.

Si, como lo leen, un texto jurídico que nos diga lo que no tenemos que hacer, so pena, de ser castigados.

Ya saben lo que se dice, la letra, con sangre entra, y más aún cuando hablamos de seres humanos, esta especie “tan inteligente” que necesita tener un código que le diga que no puede matar, no puede beber al volante, no puede lesionar a sus congéneres, no puede traficar con drogas, no puede pegar a su mujer, no puede estafar, no puede robar, etc…

Y es que el Código Penal salva vidas, muchas vidas.

¿Os imagináis que no estuviera prohibido el homicidio, el asesinato, el hurto, causar daños o lesiones?

Yo sí que me lo imagino, simplemente nuestro mundo se convertiría en una jungla donde términos como solidaridad y tolerancia serían machacados por otros como barbarie y destrucción.

Las personas, en gran medida, no se comportan como bárbaros porque saben que pueden ir a la cárcel, y aún así, tenemos los centros penitenciarios llenos y los juzgados penales saturados.

Simplemente a la hora de hacer “cola” en un supermercado vemos confrontaciones cuando una cajera dice “pasen por orden de fila”. ¿Por orden de fila? Allá que vamos como posesos como si la vida nos fuera en ello.

Solo el miedo al castigo, puede hacer que nos “civilicemos”, quizá no conozcamos otra vía, porque, para muchos, la palabra y la tolerancia no tienen ningún valor.

El Código Penal es el garante máximo de la estabilidad de un país, y ejecuta su función a través de los jueces, los fiscales y las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.

Sin ellos, no habrá orden.

Y ese orden, es mucho más que fundamental en los tiempos que corren, donde la máxima preocupación de los dirigentes de todos los países del mundo, no es el Covid-19, sino las revueltas sociales que éste puede originar como consecuencia de las restricciones que llevan padeciendo los ciudadanos desde hace meses.

La mecha puede encenderse en cualquier momento, y cientos de miles de personas enfurecidas pueden salir a la calle en masa y provocar un estallido social sin precedentes, donde sería necesaria, bajo mi opinión, la ayuda del ejército.

Por tanto, doy las gracias por tener un Código Penal, como vacuna contra la sinrazón del ser humano.

Ya lo dijo Sigman Freud, “la prueba más clara de que hay vida inteligente en otros planetas es que aún no han venido a visitarnos”

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